“Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.” (Isaías 64:8)
¡Qué bueno es recordar que tenemos un Padre, nos formó y somos su obra maravillosa! ¡Qué maravilloso es que tenemos el privilegio de celebrarlo siempre!
Es bueno que los creyentes siempre celebremos a nuestro Padre Celestial cada día de nuestra vida. Una manera de honrarlo es teniendo fe en Él, obedeciendo sus mandamientos, servirlo, adorarlo, alabarlo, acercarnos confiadamente y orar por nuestras necesidades, procurando parecernos cada vez más a Él…
En México, en el mes de junio, honramos y celebramos “El día del padre”, y en ese día especial reconocemos a nuestro padre terrenal: le compramos un presente, lo abrazamos, lo apapachamos, lo invitamos a comer…
¡Gracias a Dios que es nuestro Padre y gracias a Él por el padre terrenal que nos regaló!
Nuestra oración por los padres es para que sean cada día más como nuestro Padre Celestial, Él dice que nos hizo a Su imagen y a Su semejanza, lo que implica que cada padre debe buscar ser más como Él en cuanto a carácter se refiere.
Dichosos los que todavía tienen con vida a su padre. No desaprovechen ninguna oportunidad para honrarlos, bendecirlos, amarlos, respetarlos…
Y qué decir de nuestro Padre Celestial, debemos aprovechar todas las oportunidades para reconocerlo cada día, honrarlo, amarlo, servirlo, adorarlo, obedecerlo…
No queremos dejar pasar esta celebración: ¡Les deseamos a todos los padres un feliz día en compañía de sus seres queridos! ¡Que Dios los bendiga! ¡Que Dios les siga dando de Su sabiduría! ¡Nuestro reconocimiento, oraciones y respeto para ustedes, no pierdan ninguna oportunidad para reflejar ante sus hijos y ante todas las personas, la luz de Dios!
¡FELICIDADES!
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