¡Esa es una respuesta!

Por Staff

«De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades. Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí. Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.» (2 Corintios 12:5-9 RVR1960)

 

¿Cuál es tu reacción ante la respuesta de Dios para tus oraciones?

Sabemos que Dios siempre responde a ellas, ¿pero si no responde lo que yo quiero? Porque yo lo quiero a mi manera y espero que Él responda literalmente como lo demandé. ¡Difícil verdad!

Pero una cosa es cierta: Él sabe verdaderamente lo que es bueno o mejor para nosotros.

¿Quizá digas, Pablo tenía un dolor físico, por qué no curarlo? Pues él mismo nos lo explica: “para que no me enaltezca sobremanera”.

 

Dios nos conoce, sabe nuestras debilidades. Tenía una gran expectativa para Pablo; no podía tener orgullo en su vida; y él también deseaba ser usado por Dios y procuraba agradarle, no obstante le rogó tres veces para que ese aguijón le fuera quitado.

¿Dios le respondió? Sí, pero no en la forma que él demandaba: “quítame este aguijón y sigamos adelante”. No, le respondió aún más allá de sus expectativas: “bástate mi gracia”.

 

Mi gracia que te capacita para hacer lo que yo te he mandado a hacer; mi gracia que te da el poder para vencer todo obstáculo. Porque quiero que te des cuenta de todo lo que puedo hacer a través de ti. 

Bástate mi gracia, porque quiero que veas que en tus debilidades, estará mi fuerza para levantarte; bástate mi gracia, porque con ella reconocerás que es mi poder el que está obrando; bástate mi gracia, para que tu orgullo no se enaltezca; y siempre dependas de mí.

Y me gusta la respuesta de Pablo: “Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”

 

¿Qué es lo que estás demandando a tu Padre Celestial? ¿Qué respuestas esperas? 

¿Y si te contestara: “Bástate mi gracia”? ¿Dependerías de Su respuesta?

Bástate mi gracia… de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades para que Su poder repose en mis flaquezas”.

¿Dependemos de Su gracia?

Comentarios

Más devocionales