«Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.» (Salmos 23:1-3 RVR1960)
Cuando leemos este pasaje brincamos, gritamos, hacemos tal algarabía por las bendiciones que recibimos del Buen Pastor, pero quiero preguntarte algo ¿y qué pasa cuando el Buen Pastor nos disciplina? Como que se nos acaba el gozo ¿no es cierto?
Y cuando se quiere enseñar a la oveja el camino y obediencia, el Pastor quiebra su patita y lo trae consigo, para enseñar y consolar, hasta que sane y aprenda. ¿En ese caso también es nuestro Buen Pastor?
Por ejemplo en este pasaje:
«Y Jehová hirió al pueblo, porque habían hecho el becerro que formó Aarón.» (Éxodo 32:35 RVR1960)
¿Qué había pasado? El pueblo de Dios corría tras otros dioses, y nuestro Dios es un Dios celoso.
Todo lo que Él hace es para nuestro beneficio ¿pero sigue siendo nuestro Buen Pastor?
El Pastor toma sus instrumentos de disciplina para que nosotros maduremos: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.» (Salmos 23:4 RVR1960)
Nuestro Pastor, es un Pastor que desea llevarnos a lugares espaciosos, de manantiales claros y tranquilos. Pero también es un Pastor que desea que Sus ovejas cumplan Su propósito y no anden brincando para un lado y para el otro.
Cuando Él extiende Su vara y Su cayado, lo hará en un solo sentido: “BENDECIRTE”. Pues dice en Su Palabra: «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.» (Jeremías 29:11 RVR1960)
«Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.» (Santiago 1:17 RVR1960)
Ese es nuestro Buen Pastor, en las buenas y en las malas. Cuando todo va bien y cuando sentimos mano dura, de tal manera que queremos encontrar la salida.
Cuando viene una disciplina de parte del Señor será para ver Su gloria, paciencia, amor, perseverancia, y Su deseo fuerte de hacernos el bien, para que todo lo que hagamos nos salga y hacer prosperar nuestro camino, llevarnos a otro nivel, seguir madurando hasta alcanzar la estatura del varón perfecto, y así, cumplir Su propósito sin que nadie se pierde.
Por eso te digo: “JESÚS, ES NUESTRO BUEN PASTOR Y NADA NOS FALTARÁ, AUNQUE PASEMOS EL VALLE DE SOMBRA Y MUERTE. Gózate con lo que está haciendo contigo.
Alégrate del Buen Pastor que te lleva a lugares de delicados pastos y cuando te haga pasar por aguas turbulentas.
¡ÉL ES Y SEGUIRÁ SIENDO TU BUEN PASTOR EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS!
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