¿Dejar de hacerlo? ¡No!

Por Staff

“Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo. Pero el padre ordenó a sus siervos: ¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado. Así que empezaron a hacer fiesta.” (Lucas 15:20-24 NVI)

 

¡Qué acto de amor tan genuino! Ese es el amor de un padre.

Puedes decir: “pero ¿por qué no le reclamó el dinero perdido, por qué no le dijo: “te lo dije”? O quizá: “pues ahora trabajarás como uno de mis peones. Pongan las tareas más pesadas para que aprenda”.

 

No dijo nada de eso, ni hizo nada de esto. ¿Por qué?

“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;” (2 Corintios 5:14)

 

CONSTRIÑE es apretar, cerrar, oprimir.

Ese es Su amor: “nos aprieta, nos oprime, en una palabra, nos ama de tal manera que no nos quiere dejar ir.

 

¿Lo has sentido de esa manera?

Sólo tienes qué mirar lo que hizo este padre: “tuvo misericordia, corrió, salió a su encuentro, lo abrazó y lo besó, no importando el estado en que se encontraba, pues acuérdate que venía de trabajar con los cerdos, ¡imagínate el olor!, lo vistió, le dio un anillo, sandalias, hizo toda una fiesta. 

 

“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.” (1 Juan 3:1 RVR1960)

 

¿No es esto maravilloso? 

Deja que el Padre te abrace, te oprima, que no te deje ir, sino que permanezcas a Su lado. Y que todos los días disfrutes una fiesta interminable. 

 

“…porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.” (S. Lucas 15:24)

 

¡“NO PUEDE DEJAR DE AMARTE, NO PUEDE DEJAR DE HACERLO”!

Comentarios

Más devocionales