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Por Staff

“Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová.” (1 Samuel 7:12 RVR 1960)

 

Así es y es verdad “¡HASTA AQUÍ NOS HA AYUDADO EL SEÑOR!”

 

Aunque hayamos vivido tantas vicisitudes, aunque hayamos experimentado tantas situaciones difíciles; no todo fue dolor, no todo fue aflicción, no todo ha sido duro, porque Él ha estado con nosotros; y lo podemos constatar también en estos dos pasajes:

 

“Si el Señor no hubiera sido mi socorro, pronto habría habitado mi alma en el lugar del silencio.”

 

“Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.”

 

Bien es cierto que en este año, muchos experimentamos pruebas de diferentes dimensiones, pero también bendiciones; nunca nadie podrá decir jamás que solamente ha experimentado dolor y aflicción, pues el solo hecho de saber que Dios está presente en todo momento y circunstancia, es el regalo más grande; de hecho porque Él no nos abandona es que seguimos vivos, de pie, luchando hasta ver el milagro completo, “…porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” (Filipenses 2:13 RVR 1960)

 

No sé por qué situación adversa has pasado y estás muy triste, pero quiero recordarte que Dios es el Único que puede llenar ese vacío y también el Único que puede sanar tu alma, darte consuelo y amor perfecto que te hará levantar y seguir adelante con fe, Él es el Único que puede cambiar tu lamento en “danza”.

 

“Tú cambiaste mi duelo en alegre danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría, para que yo te cante alabanzas y no me quede callado. Oh Señor, mi Dios, ¡por siempre te daré gracias!.” (Salmos 30: 11-12 NTV)

 

Puede ser que has estado en una prueba muy difícil durante todo el año y sientes que ya no puedes más, que ya no tienes fuerzas para seguir peleando la buena batalla de la fe, el Señor te dice:

“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” (2 Corintios 12:9 RVR 1960)

 

Dios es tu fortaleza: “Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.” (Salmos 18:1-2 RVR 1960)

 

Recibe y espera este 2022 con mucha fe, ánimo, esperanza, consuelo, pues Dios es fiel, ¡EL ÚNICO FIEL! y si hasta aquí nos ha ayudado ¿crees que no lo seguirá haciendo por amor a Su nombre y misericordia a Sus hijos?

 

“NO TEMAS POR TU FUTURO, ÉL HA PROMETIDO QUE ESTARÁ Y ESTÁ SIEMPRE CONTIGO”

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