«Dame ahora sabiduría y conocimiento, para que pueda salir y entrar delante de este pueblo; porque, ¿quién podrá juzgar a este pueblo tuyo tan grande?» (2 Crónicas 1:10 LBLA)

Si nos remontamos a los tiempos de David como rey, nos daremos cuenta de la vida que llevaba; de las batallas que enfrentaba; de los enemigos que lo acechaban; de las huidas obligadas; de las envidias que le rodeaban, sobre todo del rey que le odiaba: Saúl, monarca que gobernaba antes de que él fuera el rey. Su vida siempre estuvo en peligro de muerte, ya sea por las batallas o por envidias.

¿Qué significaba para Salomón cuando pidió esto (2 Crónicas 1:10 LBLA)?

Salomón sabía de todas las victorias de su padre sólo por un detalle:

David siempre consultaba a Dios: «Entonces consultó David a Jehová, diciendo: ¿Iré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová respondió a David: Ve, porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano. Y vino David a Baal-perazim, y allí los venció David, y dijo: Quebrantó Jehová a mis enemigos delante de mí, como corriente impetuosa. Por esto llamó el nombre de aquel lugar Baal-perazim.» (2 Samuel 5:19-20 RVR1960)

David sabía como ENTRAR Y SALIR EN LAS BATALLAS.

De eso estaba hablando Salomón, de cómo regresaba victorioso su padre David en cada batalla. Y eso mismo quería. Pero David su padre pagó el precio de buscar a Dios en los momentos de batalla. Buen ejemplo de su padre David ¿no es cierto? Y muy buena petición de Salomón.

Otro que sabía entrar y salir era Josué:

«Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.» (Josué 14:11 RVR1960)

En nuestros días también necesitamos sabiduría para saber cómo entrar y salir, pues hay batallas que pelear.

De la misma manera que Salomón lo hizo, oremos, busquemos a Dios, que nos de sabiduría para entrar y salir.

¡BUSQUEMOS A DIOS MIENTRAS PUEDA SER HALLADO PARA SABER ENTRAR Y SALIR EN LAS BATALLAS!