¿Yo tengo? o ¿Me tiene?

Por Staff

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” (S. Juan 8:32, 36 RVR1960)

 

Dios nos ha llamado a libertad, y te pregunto: ¿Como hijo de Dios eres verdaderamente libre?

 

Él desea que dejemos de ser esclavos del pecado y pasemos a vivir la vida plena que Dios anhela para nosotros ¡Esa es libertad!

 

Aún como hijos de Dios, nos enfrentamos a culpa, condenación, miedos, impedimento para entrar a Su trono… ¿Por qué? Porque no vivimos en la Verdad y cada día necesitamos vivir en ella, permanecer en ella, permanecer en Jesús.

 

Y no es lo mismo decir: “tengo miedo” a decir “el miedo me tiene a mí”. Y así podemos decir con cada debilidad o pecado. ¿Cuál es la verdad que nos hace libres?

«Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.» (S. Juan 14:6 RVR1960)

 

¡Conocer a Jesús y saber lo que Él ha hecho por y para nosotros, ésa es la verdad!

 

¡Él en la cruz llevó cautiva la cautividad! Él ha hecho todo, pero desafortunadamente en nuestro caminar, en nuestras circunstancias, en nuestros pensamientos que nos gobiernan, no creemos en esa verdad que nos ha hecho libres; sino que llegamos a un punto donde decimos: “yo no tengo miedo”, él me tiene a mí cautivo, “yo tengo culpa”, pero no es así, “la culpa me tiene a mí”. “Yo tengo condenación”. No, “La condenación te tiene”.

 

Y así podemos decir de cada pecado y debilidad que estamos enfrentando en nuestra vida. Pero donde la Verdad actuará, y nos hará verdaderamente libres:

«Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.» (S. Juan 8:31-32 RVR1960)

 

¡Necesitamos permanecer día con día en la Verdad!

 

¿Qué dice la Verdad acerca de la condenación?

«Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.» (Romanos 8:1 RVR1960)

 

¡Vivamos bajo esta verdad que Él nos ha dicho! Que la condenación no te tenga más.

«Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.» (Salmos 34:4 RVR1960)

 

La Verdad nos declara que cuando clamamos, Él nos oye y nos liberta. Se dice que hay  en la Biblia casi 365 versículos  sobre no temer, pues Él conoce nuestras debilidades y desea liberarnos del temor.

“Que el miedo no te tenga, que tú tengas la Verdad para vivir en libertad”.

 

Cuando hay tantas luchas en nuestro ser nos impide entrar a Su presencia para adorar:

«Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.» (Hebreos 10:19-22 RVR1960)

 

La Verdad nos dice que nos acerquemos a Él confiadamente para adorar y hallar reposo; pues todo esto nos fue dado por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, o sea, Su carne, Su sacrificio en la cruz.

 

La cautividad nos esclaviza, nos aplasta, nos entristece, nos deprime. Pero la libertad, nos da el poder de desatar las ligaduras y ataduras que nos aprisionan.

 

La Verdad construye, alimenta, fortalece, da sentido a la vida, y nos guía, nos orienta hacia la verdadera fuente y motor de nuestra vida: Dios.

 

“La Verdad te dice: Yo te tengo a ti, no el miedo”; “La Verdad te dice yo te tengo a ti, no la condenación”; “La Verdad te dice yo te tengo a ti, no la culpa”.

 

El pecado no se enseñoreará de nosotros. ¡Yo conozco la Verdad y la Verdad me ha hecho libre!

 

Ni la culpa, ni el miedo,  ni la condenación, ni ningún pecado nos tiene, porque vivimos y permanecemos en la Verdad.

 

¡SOMOS VERDADERAMENTE LIBRES!

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