Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del desierto; Crearé ríos en la tierra árida y baldía. (Isaías 43:19)
Cuando leemos desierto o escuchamos sobre un desierto, pensamos: lugar solitario, sin agua, sin animales, sin vegetación, etc.
Pero no es así. ¡Hay vida en el desierto!
En algunos de hecho hay una vegetación exótica y majestuosa durante todo el año. El desierto es sorprendente hablando geográficamente; pero es más sorprendente en nuestra vida espiritual.
El desierto, tiene dos connotaciones: uno lugar de elección y otro lugar de purificación. Este es un escenario escogido por Dios para las pruebas. ¡Los desiertos con el Señor son inigualables!
“En el desierto hay comida”: ¿Dios nos puede dar comida en el Desierto?
Claro que sí. Acuérdate que el pueblo de Israel pedía agua, Dios les daba agua; estaban cansados de comer lo mismo, y les mando codornices, comida gourmet. Dios es detallista
En tu desierto de necesidad económica, de trabajo no lo olvides: Hay comida en el desierto. En el desierto hay romance: ¿quién es esa que viene majestuosamente desde el desierto recostada sobre su amante?
Él nos lleva al desierto para estar a solas con Él. Para hablarnos de su amor y cuidado para con nosotros. Para hacernos saber que fuera de Él no hay nadie que nos ofrezca su compañía y amor incondicional. Cuando sientas soledad no te asustes, disfruta de su compañía a solas con Él.
En el desierto nos lleva a estar a solas con Él.
En el desierto encontramos a nuestro verdadero “yo”.
Recuerda como el Señor tu Dios te guió por el desierto durante cuarenta años, Donde te humilló y te puso a prueba para revelar tu carácter y averiguar en verdad obedecerías sus mandatos. (Deuteronomio 8:2)
Esta parte en el desierto es verdaderamente dolorosa pues tu piensa que eres un santo y perfecto, pero cuando te confronta y se expone tu corazón al rojo vivo, es terrible y ves todo lo que guardas y te da vergüenza, pues no sabías lo que había dentro. Sólo ríndete a Él y deja que cambie tu corazón.
El desierto es lugar de purificación.
El desierto, puede ser lugar de paz y respiro para encontrarnos a nosotros mismos y a Dios. El desierto hace hombres duros. Cuando el hombre es capaz de pasar su desierto sin desfallecer, la madurez empieza a aflorar.
Y no te olvides que en el desierto hay oasis que te permitirán continuar tu camino. Pero ten presente esto:” El Desierto es un lugar de paso, no para morar”.
¡VERDADERAMENTE HAY VIDA EN EL DESIERTO!
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