«E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.» (S. Lucas 1:17 RVR1960)
En cada dura etapa de la humanidad, Dios levantó de entre Su pueblo a hombres y mujeres bien dispuestos para ser de bendición: Juan el Bautista, Elías, Ester, Josué, etc.
Tener disposición es hallarse apto y listo para algún fin.
¿Estás seguro de ser uno de entre el pueblo de Dios bien dispuesto?
DISPUESTO PARA:
Ponerse en la brecha: «Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.» (Ezequiel 22:30 RVR1960)
Quizás nos encuentre a ti y a mí orando por la vida de los demás, interesándose en el bienestar ajeno, para que Su voluntad sea ejecutada y cumplida. ¿Estarás dispuesto(a) para estar en la brecha?
Dispuesto para anunciar las virtudes del Señor:
«Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;» (1 Pedro 2:9 RVR1960)
¿Estaremos dispuestos a llevar la Palabra a aquél que en este tiempo está perdiendo a sus seres queridos y necesitan consuelo? ¿A aquellas personas que están pasando por circunstancias muy dolorosas y no encuentran salida?
Somos el pueblo que Dios adquirió para hablar a aquellos que están en tinieblas y que pueden cruzar el umbral de las tinieblas a Su luz admirable.
Seamos también un pueblo bien dispuesto para anunciar la salvación a este mundo tan necesitado.
Dispuestos a ser la sal para este mundo:
Dispuestos a preservar los principios de Dios, ante cualquier circunstancia; así como la sal da sabor a nuestra comida, así nosotros podemos influenciar a este mundo con la Palabra y dar sabor a la vida de aquellos que lo necesitan.
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Que nuestra sal sirva para sazonar la vida de otros.”
Dispuestos para alumbrar:
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (S. Mateo 5:13-16 RVR1960)
Este mundo está buscando a qué o a quién aferrarse y nosotros podemos alumbrarlo con nuestra vida, nuestros actos, nuestra influencia.
Necesita a Dios más que nunca, saber que Él los escucha, que Él los ama. Hoy más que nunca no debemos esconder nuestra luz: “La humanidad nos necesita”; necesita la luz de Dios en sus vidas, en sus hogares.
Que seamos ese pueblo bien dispuesto a penetrar las tinieblas para que la luz alumbre a este mundo que se está perdiendo.
Que seamos un pueblo que busque a Dios, que lleve las Buenas Nuevas de SALVACIÓN, que ame a su familia, que sirva a su comunidad. Dispuesto a edificar su hogar y su iglesia.
¡UN PUEBLO BIEN DISPUESTO!
Comentarios