“Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.” (Joel 2:25 RVR1960)
¿Qué es restituir? Es devolver una cosa a quien la tenía antes. Volver a poner una cosa en el estado que antes tenía.
Pero en el idioma del Señor, Él no sólo devuelve, sino que, te da más allá de lo que esperas recibir, bueno, si lo esperas.
Me gustaría nombrarte a Job, hombre temeroso de Dios, que pierde absolutamente todo: esposa, hijos, ganado, … y hasta la salud. Como para volverse loco ¿verdad?
Pero qué gran ejemplo nos dejó en la Palabra, y cómo este hombre, Job, recto y temeroso de Dios fue restituido en gran manera.
Restitución, en el lenguaje terrenal es, devolver lo que tenías, en el diccionario de Dios es dar más de lo que tenías. Permíteme repetirlo.
Por supuesto que este hombre recto y temeroso de Dios pasó unas grandes luchas y mucho dolor, pero este proceso le permitió ver cara a cara a Dios; tuvo este encuentro maravilloso, que le permitió abrir sus horizontes espirituales:
“Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti… De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.” (Job 42:2, 5 RVR1960)
“Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.” (Job 42:2, 10 RVR1960)
Cuando hay dolor, tristeza o pecado, no falta quién te diga en qué has fallado. Y Job tenía esa clase de amigos. Él, los perdonó, oró por ellos y el Señor le restituyó.
Cuando Job vio todo el panorama de su vida, de su aflicción, todo este proceso doloroso, y la visión de Dios, se iluminó su vida para siempre. Mira lo que ocurrió:
“Y vinieron a él todos sus hermanos y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él; y cada uno de ellos le dio una pieza de dinero y un anillo de oro. Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas, Llamó el nombre de la primera, Jemima, el de la segunda, Cesia, y el de la tercera, Keren-hapuc. Y no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos. Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Y murió Job viejo y lleno de días.” (Job 42:2, 11-12, 14-17 RVR1960)
“RESTITUCIÓN EN EL IDIOMA DE DIOS ES DAR MÁS ALLÁ DE LO QUE TENEMOS”. ¡ALELUYA!
Otro ejemplo es el de Ruth y Noemí. Mujeres ejemplares.
A causa de la hambruna Noemí y su familia se vieron obligados a ir a otras tierras: Moab. Estando allá, Noemí pierde a su esposo y más tarde a sus hijos, que estaban casados, uno con Orfa y el otro con Rut la moabita. De esa manera Noemí quedó desamparada.
Pero cómo es Dios tan magníficamente paternal. Ruth, se convierte en la esperanza de Noemí, aunque ella les dice a sus nueras que regresen a sus familias, pues ella no tenía otros hijos para darlos a ellas en casamiento.
Pero ante la declaración: “tu pueblo será mi pueblo y tú Dios mi Dios”, Rut, se queda con Noemí, y Dios bendice a estas mujeres más de lo que hubieran podido imaginar:
“Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David.” (Rut 4:13-15, 17 RVR1960)
De esta descendencia nació Jesús.
¡Dios nos restituye lo que hemos perdido, y no sólo eso, nos da todavía más! ¡Gloria a Dios!
¿Qué has perdido? ¿Qué te han quitado? Dice la Palabra:
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, …” (Efesios 3:20 RVR1960)
“EL NOS RESTITUYE Y NOS DA MÁS DE LO QUE PEDIMOS O ENTENDEMOS”
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