«Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad te rodea.» (Salmos 89:8 RVR1960)
Si a alguien tenemos qué adorar, si a alguien tenemos qué exaltar es a nuestro gran Dios, por Su amor y por todas Sus misericordias: Adorémosle porque:
SÓLO UN DIOS COMO TÚ SE ENTREGÓ EN LA CRUZ POR NOSOTROS.
SÓLO UN DIOS COMO TÚ NOS AMA DE TAL MANERA.
SÓLO UN DIOS COMO TÚ NO FALLA CUANDO TE FALLAMOS.
SÓLO UN DIOS COMO TÚ NOS DA DE SU GRACIA.
SÓLO UN DIOS COMO TÚ NOS LIBRA DE NUESTRO PODEROSO ENEMIGO.
SÓLO UN DIOS COMO TÚ QUIEN SU MISERICORDIA ES CONTINUA.
SÓLO UN DIOS COMO TÚ QUE UNA ETERNIDAD NO NOS BASTARÍA PARA CONOCERLE.
SÓLO UN DIOS COMO TÚ NOS DA FUERZA CUANDO NO TENEMOS NINGUNA.
SÓLO UN DIOS COMO TÚ QUE A TU VOZ LA TORMENTA ENMUDECE.
SÓLO UN DIOS COMO TÚ QUE RESUCITÓ CON GRAN PODER Y GLORIA.
¡Cómo no adorar a este nuestro Dios a quien una eternidad no bastaría para conocerle!
Es: ADMIRABLE, CONSEJERO, DIOS FUERTE, LEÓN DE LA TRIBU DE JUDÁ, NUESTRO REDENTOR, NUESTRO ESCONDEDERO, NUESTRO ABOGADO, NUESTRA ROCA FUERTE, NUESTRO SANADOR, NUESTRO PROVEEDOR…
Acerquémonos con confianza a Su trono, Él nos estará esperando. Sólo alabémosle, porque es tiempo de alabarlo.
La Semana Santa no es una fecha de descanso, son días que no deben quedar en el pasado, es un tiempo que se vive cada día, es un tiempo para reconocer, conocer y saber que siempre Él hará un milagro, por la obra en la cruz.
Su poder de resurrección nunca pierde su vigencia.
¡SÓLO UN DIOS COMO TÚ RESUCITÓ!
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