“El SEÑOR le respondió: —Yo mismo iré contigo, Moisés, y te daré descanso; todo te saldrá bien.” (Éxodo 33:14 NTV)
Quizá nos han dicho: ¿Dónde está tu Dios en estos momentos de dificultad? Pero, justo en estos momentos de adversidad nosotros podemos decir: Él me dijo —“Mi presencia irá contigo y te daré descanso”. “¡Sólo tengo esto: SU PRESENCIA. Pero esto me basta!”
El salmista sabía muy bien quién estaba con él y por ello se enfrentaba con cuanto gigante se atravesaba en su camino, y lo derrotaba. ¿Por qué? Porque él decía en todo tiempo:
“A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.” (Salmos 16:8 RVR1960)
“¡Sólo tengo su DIESTRA… Pero esto me basta!”.
Y Dios dijo a Moisés:
“Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.” (Éxodo 14:16 RVR1960)
El corazón de Moisés estaba lleno de fe, sólo tenía una vara. Pero su fuerza no estaba en la vara, sino en su corazón y en su obediencia para con Dios.
Moises dijo: “¡Sólo tengo FE… Pero esto me basta!”.
Una vez más, en este versículo que citaremos, David logró derrotar al enemigo número uno de Israel, y a quien nadie quería enfrentar:
“Tomó cinco piedras lisas de un arroyo y las metió en su bolsa de pastor; luego, armado únicamente con su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para luchar contra el filisteo.” (1 Samuel 17:40 NTV)
Y lo derrotó ¡porque Dios estaba con él!
Y David se dijo: “¡Sólo tengo la FUERZA, FE Y CELO por Dios… Y eso me basta!”.
Y seguimos con David que nos deja un gran ejemplo:
“David le respondió al filisteo: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado.” (1 Samuel 17:45 NTV)
David dijo: “¡Sólo tengo EL NOMBRE DEL SEÑOR… Pero eso me basta!”.
Así es hermanos, tenemos al Señor de nuestro lado y ¡ESO NOS BASTA!
Porque nuestro Dios es grande y poderoso, y misericordioso para ser más abundantemente de lo que le pedimos o esperamos, por su poder y magnificencia, como dice este texto bíblico:
“¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” (Éxodo 15:11 RVR1960)
¡SÓLO TENEMOS A ESTE DIOS… PERO ESTO NOS BASTA!
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