¡Sin precio!

Por Staff

«Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar.» (Isaías 48:17-18 RVR1960)

 

Ahora, más que nunca, se ha observado que la gente está en su mundo; los niños en las escuelas no saben seguir instrucciones, porque no escuchan; los padres, siguen sus instintos sin importar las consecuencias. El mundo está al revés, tristemente, por no seguir instrucciones.

¿No sé cuántos vivieron la experiencia de ir con sus padres, en familia, a orillas de un río a hacer un picnic, un día de campo?

 

Llegabas a la orilla, ponías tu mesa, tus sillas, disfrutabas “la paz de ese río, sin que nada te perturbara”. La convivencia y la comida se disfrutaban cien veces más por la tranquilidad del lugar. Sentías verdaderamente esa paz, mientras que tus hijos, disfrutaban las aguas mansas del río ¿no es cierto?

 

¿Por qué tenemos que sufrir en el camino, si Su Palabra dice “que Él nos enseña provechosamente”, para no errar? ¡En vano Israel caminó cuarenta años un camino que era de tres días!

No seguir instrucciones, sino su propia opinión, y su mala decisión los llevó a rodear para llegar a la tierra prometida.

Por esto nos encontramos en bifurcaciones, sin saber qué dirección seguir, qué hacer; se nos presentan situaciones agobiantes, etc. Pero Él te dice: “Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos…”

 

¡Qué interesante lo que dice la Palabra: no sólo te enseña, sino que te encamina por el camino a seguir!

Tenemos una muy buena opción con el Señor, “Él irá con nosotros”. ¿ENTONCES?

 

Si tan sólo tomáramos la decisión de creer lo que dice Su Palabra sobre Sus caminos, disfrutaríamos una vida plena y gozosa

«Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz.» (Proverbios 3:17 RVR1960)

«Solamente que con diligencia cuidéis de cumplir el mandamiento y la ley que Moisés siervo de Jehová os ordenó: que améis a Jehová vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y le sigáis a él, y le sirváis de todo vuestro corazón y de toda vuestra alma.» (Josué 22:5 RVR1960)

Nos potencializa, y de un camino torcido lo hace perfecto.

«Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino;» (Salmos 18:32 RVR1960)

«Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz.» (Proverbios 3:17 RVR1960)

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