¡Siempre con una sonrisa!

Por Staff

«Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!» (Filipenses 4:4 RVR1960)

 

«Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.» (S.Juan 15:11 RVR1960)

 

Si echamos un vistazo a la Palabra y vemos los pasajes sobre el gozo, nos daremos cuenta que Dios desea verdaderamente que estemos gozosos. Pero ¿por qué?

 

Antes de entrar en el tema te daré la definición de “gozo”, para que reflexionemos si lo tenemos. Gozo, regocijo, alegría; habla de una emoción que invade nuestro ser para nuestro bien.

 

Gozo hace referencia a la alegría de ánimo o al sentimiento de complacencia al poseer o recordar algo apetecible. Gozar, está asociado a disfrutar, y a toda acción que genere felicidad.

Y un sinónimo sería regocijo; interesante definición: “dar gozo a”.

Esto habla de dar a otros, y no de recibir siempre nosotros. Como dice la Palabra: es mejor dar que recibir.

Si partimos de lo que dice el diccionario, y lo que conocemos por nuestra experiencia, te preguntaré ¿Lo estamos?

Podemos hacer tanto en nuestras propias fuerzas para darnos felicidad, bienestar; podemos ver videos chistosos, ver programas que sean cómicos, etc.

Hasta conocemos la terapia de la risa. El que inició todo esto fue porque estaba desahuciado y comenzó a buscar un tratamiento para su mal: la risa. Lo podemos hacer en nuestras fuerzas, y definitivamente sabemos que “el corazón alegre constituye un buen remedio”.

Podemos hablar de todos los beneficios que aporta estar “alegres”, pero aquí lo que queremos hacer resaltar es esto:

¿En qué nos gozamos? ¿Quién es la fuente de nuestro gozo? ¿Por qué gozarnos? ¡Porque es una orden!

Es una orden porque nos beneficia a nosotros mismos, para que nuestro gozo sea cumplido. Él siempre quiere bendecirnos. Pero sobre todo nos debemos gozar en el Dios de nuestra salvación.

Nos gozamos porque tenemos una esperanza en este Dios.

Nos gozamos aún en nuestras pruebas porque Él las usa para edificar nuestro carácter y darnos la victoria.

Nos gozamos porque Él nos oye y responde.

Nos gozamos por tener un Dios que se compadece de nosotros en cada momento.

Nos  gozamos porque tenemos un futuro eterno.

Nos gozamos porque Él está en control.

Nos gozamos porque aún en las dificultades saca lo mejor de nosotros.

 

Sí, el gozo de Dios es nuestra fortaleza; sí, el gozo de Dios es un buen remedio, sí, el gozo de Dios es esperanza… ¡Muchos beneficios!

Y sobre todo porque el regocijarse es un fruto que debe estar en nuestra vida.

«Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,» (Gálatas 5:22 RVR1960)

 

El regocijarnos, el tener gozo, nos muestra el cuidado del enfoque que debemos tener tal como lo dice en Su Palabra:

«puestos los ojos en Jesús, el autor y Consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.» (Hebreos 12:2 RVR1960)

 

Jesús no puso Su mirada en la cruz, sino que puso el gozo delante. Él se gozó en lo que el Padre iba a hacer a través de Su vida. Por eso nos demanda poner el enfoque en Él, pues Él tiene todo el control.

¿Por qué regocijarnos? El mundo nos necesita, y nosotros somos embajadores del Señor.

Debemos mostrar Su amor, Su gozo, y dar a conocer que ellos se pueden gozar en el Dios de su salvación.

¡EL GOZO POR DELANTE!

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