Si tan sólo…

Por Staff

«He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.» (Jeremías 33:6 RVR1960)

 

En este tema tan delicado y apremiante, nos preguntamos por qué algunos reciben su sanidad al instante, otros mucho después, y otros  más, tienen que luchar y aceptar desafíos. Pues esta pregunta sólo Él la puede contestar.

Pero la verdad Bíblica dice que Él traerá medicina, y no dice a algunos, sino a todos.

 

Pero vayamos y veamos esta verdad a la luz de la Biblia, quizá Dios, en nuestra búsqueda nos conteste esta pregunta.

Podemos ver que hubo sanidades al instante que hizo el Señor:

«Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra.» (S. Mateo 12:13 RVR1960)

 

SANÓ A TODOS LOS QUE LO TOCARON

«Cuando le conocieron los hombres de aquel lugar, enviaron noticia por toda aquella tierra alrededor, y trajeron a él todos los enfermos; y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos los que lo tocaron, quedaron sanos.» (S. Mateo 14:35-36 RVR1960)

 

Sanidad instantánea ¿Por qué Señor?

Quizá estaba en la agenda de Dios sanar ese día a algunos, quizá otros se atravesaron en su camino creyendo y recibieron su sanidad. La verdad no sé, sólo sabemos que la recibieron.

 

Pero hubo algunos que tuvieron que desafiar cultura, tradiciones, sexo, posición, orgullo y otras tantas cosas para recibirla

LA MUJER CANANEA QUE ACEPTÓ EL DESAFÍO 

«Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.» (S. Mateo 15:22-23, 25-28 RVR1960)

 

Esta mujer, fue ignorada, no le importó, siguió gritando. Reprendida por los discípulos siguió adelante, se postró, volvió a insistir, recibió palabra fuerte de Jesús, pero no la desalentó.Y al final consiguió la sanidad.

Pues quizá sea tu caso, no te detengas, no IMPORTA lo que escuches, sólo sigue adelante sin desalentarte. Esta mujer procuró la sanidad de su hija y la consiguió.

 

SU SANIDAD LA RECIBE DE SALIDA

«Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.

Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.» (S. Marcos 10:46-49, 51-52 RVR1960)

 

En el caso de Bartimeo, ¡Jesús salía del pueblo!, un poco más y no hubiera  sido tocado; pero se atravesó su fe y fue sano.

¿Por qué Jesús le hace la pregunta? ¿Quizá para probar su corazón? Pues tenía su futuro arreglado mendigando; pues tenía la capa que le autorizaba pedir. Cuando Jesús le hace la pregunta, su respuesta se deja escuchar.

No le importó lanzar su capa, la cual le autorizaba para pedir limosna, su fe lo llevó a subir otro escalón y siguió al SANADOR. Una muy buena respuesta.

 

SI TAN SÓLO LUCHAMOS, SI TAN SÓLO ACEPTAMOS EL DESAFÍO, SI TAN SÓLO TUVIÉRAMOS FE… ¿Y TÚ?

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