¿Por qué hasta navidad?

Por Staff

“¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.” (Mateo 2:2 RVR60)

 

Al fin el mes tan esperado por toda la gente y sobre todo por los niños, ¿no es cierto? Bueno, también por los adultos.

 

Esperamos diciembre para comer el pavo, esperamos diciembre para darnos regalos, lo esperamos con ansias para el aguinaldo que ya debemos. ¿Pero y qué de lo que verdaderamente encierra este mes tan “espectacular”?

 

¿Por qué no nos adentramos a la Palabra y meditamos sobre el encuentro de estos hombres sabios y el niño del pesebre?

 

Quiero hacer resaltar varias cosa que me han llamado la atención de este pasaje:

Primero, era un niño al que buscaban para adorarle. Segundo, los que lo buscaban eran hombres sabios.

 

Ellos tenían la sabiduría de Dios y Su revelación del nacimiento del Salvador del mundo. Y dejando todo, familia, posición, comodidad, trabajo, su tiempo, proyectos que tenían, todo, por encontrar al Salvador y adorarle, esperando una señal del cielo: La estrella que los guiaría.

 

¡Pero en nuestros días, no podemos abandonar nuestro confort, nuestros proyectos, tomar tiempo para buscarle y correr a los brazos de nuestro Salvador, que es la luz de este mundo! Pero sustituimos esa luz por la luz artificial. Una luz que se disipará tarde o temprano.

 

Olvidando que esa luz es para la eternidad: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isaías 9:2, 6 RVR1960)

 

Jesús vino para darnos vida, para trasladarnos del reino de las tinieblas, al reino de Su luz.

 

¿Por qué un niño?¿Por qué no vino hecho un hombre? Por nosotros. Tenía qué experimentar lo que nosotros sentimos y estar como uno en nuestros problemas; para poder ser nuestro intercesor delante del Padre.

 

Pero ahora no esperamos ni andamos buscando más a un niño. Estamos buscando la Luz Eterna: ¡A Jesús! A ese Jesús que murió, pero resucitó; a ese Jesús que dejó Su posición y todo lo que tenía para alumbrarnos.

 

¡Hombres sabios buscando a un niño para adorarle! Pero ahora tenemos que ser hombres sabios para buscar y encontrar al que murió y resucitó para darnos salvación y vida eterna: ¡A Jesús!

 

¿Por qué esperar hasta diciembre para buscarle? ¿Por qué esperar el mes de diciembre para disfrutar Su luz? ¿Por qué esperar diciembre para anunciar salvación?

 

Estos hombres sabios, no sólo le adoraron, sino pusieron su vida y todo lo que tenían con ellos, para su Rey, para la Luz del mundo que los sacaría de las tinieblas a Su Luz admirable. Dieron todo. ¿Por qué esperar hasta Navidad para dar?

 

Ese niño es ahora no sólo nuestra Luz y nuestro Salvador, ese niño se convirtió en nuestro Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Consolador

 

¡Que esta NAVIDAD sea totalmente diferente! ¡Que hagas como estos hombres sabios: dejando todo salieron a la búsqueda y encuentro con la Luz!

 

¿Por qué esperar hasta diciembre la salvación, la felicidad, el placer de dar? No esperes más. Empieza a vivir cada día de tu vida como cada día del mes de diciembre.

 

Da cabida a tu Salvador, a tu Rey y Señor, tomando tus ofrendas, proyectos, rindiendo a los pies del Rey todo lo que tienes y todo lo que eres.

 

¡Vivamos la Navidad en todo tiempo!

 

Oración:

Así cómo Tú dejaste tu corona por mí, yo quiero dejar mi vida en tus manos, aceptando ser esclavo por amor, porque quiero que tú seas mi Señor y Rey. Gracias por sacarme de las tinieblas a tu Luz Admirable. ¡Amén!

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