“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.” (Apocalipsis 19:7-8 RVR1960)
-COMO NOVIA
Nosotros como iglesia somos considerados como la “novia”. Una novia ataviada con lo mejor de las telas, con lo mejor del lino fino, para el novio. Entonces, si somos la novia, ¿por qué nos acercamos a Dios como viudas (os), o mendigos?
Una “novia” recibe la atención del novio. Ella tiene el acceso todo el tiempo con el novio.
Entonces ¿por qué como Iglesia, nos acercamos como viudas o viudos a la presencia de Dios?
Sí podemos entrar libremente a Su presencia, sin protocolo alguno, pues somos la novia y nos ha vestido con ropa fina. Nos ha ataviado como la novia.
En esta etapa de “novia”, tenemos que aprovechar Su presencia, tener tiempo para disfrutar, aún en silencio, sin palabras, al novio.
ENTREMOS A SU PRESENCIA COMO LA NOVIA
-NO ENTREMOS A SU PRESENCIA COMO VIUDAS Y VIUDOS
«Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo: Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.» (Isaías 54:6-8 RVR1960)
Aún en estas circunstancias Dios tiene misericordia de su IGLESIA para levantarla y tener compasión.
No lleguemos a Su presencia como abandonados, tristes, como olvidados de Dios. NO, Él tendrá misericordia de nosotros.
ENTREMOS COMO SU ESPOSA
-COMO MENDIGOS
Todos conocemos la historia del “hijo pródigo”; él pide su herencia, la malgasta, pasa hambre y llega a la presencia de su Padre como mendigo:
«Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.» (S. Lucas 15:17, 19 RVR1960)
NO ENTREMOS A LA PRESENCIA DEL SEÑOR COMO MENDIGOS
¡LA IGLESIA ES LA ESPOSA!
“Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.” (Isaías 62:5 RVR1960)
“Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.” (2 Corintios 11:2 RVR1960)
«Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová. En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel. Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.» (Oseas 2:19-23 RVR1960)
¡Somos la ESPOSA! Él nos ha desposado con justicia, juicio, benignidad y misericordia. Entonces, ¿cómo no creer las respuestas que tendremos de Él, y cómo no entrar a Su presencia como ESPOSA?
NO ENTREMOS COMO VIUDOS, COMO ABANDONADOS, COMO MENDIGOS, SINO COMO ESPOSA
¡Como ESPOSA LA IGLESIA TENDRÁ EL ACCESO TOTAL Y LIBRE A SU PRESENCIA Y HABRÁ BENDICIÓN HASTA SOBREABUNDAR!
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