Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección contraria para huir del Señor (Jonás 1:3).
¿Cuántas veces has querido huir de una situación o circunstancia adversa? Muchas veces, ¿Verdad?
Creemos que es lo mejor, a nuestro parecer, pero llega a ser todo lo contrario. ¡Ahora imagínate huir de Dios!
A través de esta meditación veremos que hombres y mujeres de la Biblia huyeron de Dios y de situaciones difíciles, lo hicieron y no fue nada bueno.
Fíjate lo que hizo Jonás y dice la Palabra:”…se embarcó rumbo a Tarsis con la ESPERANZA de escapar del Señor (Jonás 1:3). Resalté con propósito esperanza. ¡Pero cómo puedes HUIR de Dios!
Todos conocemos la historia, Dios le manda ir a Nínive y salvar a ese pueblo. Pero él huyo de Dios. Lo lanzaron del barco, donde viajaba; prefirió morir antes que obedecer. Fue tragado por un animal marino inmenso, donde duró tres días. Pero al final no tuvo más remedio que llevar la Palabra al pueblo de Nínive.
HUYÓ DE DIOS
Vemos a un Elías huir de Jezabel, la que mató a sacerdotes del Señor. Sí. Elías, un hombre que había desafiado a los cuatrocientos sacerdotes de Baal. ¡Huyendo de una mujer! “Elías tuvo miedo y huyó para salvar su vida” (1 de Reyes 19:3).
¿Qué lo llevó a tomar esta decisión? Un Profeta que enfrentó grandes desafíos victoriosos.
HUYÓ
Vemos a un Moisés huir de Egipto cuando es descubierto que mató a un egipcio por defender a uno de su pueblo. Podríamos decir que dejó su trono, su posición, todo lo que poseía como el hijo de la hija del faraón. “Moisés huyó de delante del faraón, y habitó en la tierra de Madián (Éxodo 2:15).
HUYÓ
Podemos hablar de Agar, la sirvienta de Sara la cual hace que tenga relaciones con su esposo para tener descendencia, sin esperar la manera como lo iba a hacer Dios, al verse despreciada y humillada huye de su ama.
HUYÓ
¿De qué estás huyendo el día de hoy? ¿Por qué?
Si huyes de Dios El te encontrará, si huimos por cualquier otra razón no maduraremos. Quizá estas circunstancias han sido puestas para formar tu carácter, madurar y ser promovido al siguiente nivel.
Sea lo que sea no huyas, enfréntate a tus Goliats y sal victorioso con la ayuda de nuestro Dios.
Hagamos lo correcto en lugar de lo que sentimos y esa situación adversa que nos aflige sea el motor que nos impulse a la siguiente a la promoción.
¡NO HUYAS!
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