No consideró

Por Staff

Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años ), o la esterilidad de la matriz de Sara. (Romanos 4:19)

 

¿Qué es considerarEs pensar sobre algo, analizándolo con atención.

 

Y ahora te pregunto, en nuestra situación actual ¿qué estamos CONSIDERANDO?

 

En lo que estamos viviendo hoy en día: ¿que nos podemos infectar?, ¿que la vacuna está tardando mucho?, ¿que este encerramiento no acaba?, etc.

 

Abraham no consideró absolutamente ni su edad ni la de Sara, él solamente se enfocó en lo que Dios le dijo cuando le prometió desendencia:He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. (Génesis 17:4 RVR1960)

 

Abraham no consideró ni su edad ni la esterilidad de Sara para concebirÉl consideró la promesa: “Padre de naciones”.

 

 

LA MUJER DE FLUJO DE SANGRE NO CONSIDERÓ SU SITUACIÓN

 

«Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.» (S. Marcos 5:25-29 RVR1960)

 

Esta mujer desafió la ley de levítico: «Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche.» (Levítico 15:19 RVR1960)

 

Esta ley impedía que se acercara a cualquier persona porque era inmunda. Pero, ¿qué fue lo que hizo esta mujer con tal de conseguir tocar el manto de Jesús y ser sana?

 

No consideró nada de esta ley; ella sólo pensó en esto: Si tan sólo tocare el borde de su manto seré salva”. Esto era lo único que tenía en mente cuando supo que Jesús pasaría por su pueblo, pues había escuchado de las sanidades que había hecho. Y logró su objetivo: Y enseguida la fuente de su sangre se secó ¡Aleluya!

 

 

EL CENTURIÓN  NO CONSIDERÓ LA DISTANCIA ENTRE JESÚS Y EL CRIADO QUE ESTABA ENFERMO

 

y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.(S. Mateo 8:6-8)

 

Este hombre, que tenía una posición en el ejército, ni siquiera había pensado en el tiempo que haría Jesús en ir a su casa, eso si aceptara ir.

 

Él pensaba como Jesús, como un hombre de autoridad:

«Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.» (S. Mateo 8:9 RVR1960)

 

Conocía la autoridad de Jesús y le dijo sin titubear: Solamente di la Palabra y mi criado sanará”.

«Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.» (S. Mateo 8:13 RVR1960)

¡Gloria a Dios!

 

 

“LO QUE SÍ TENEMOS QUE CONSIDERAR:

puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.(Hebreos 12:2)

 

Jesús no consideró la cruz por ti y por mi, así que, como Abraham y Sara alcanzaron su promesa, también nosotros la alcanzaremos si no consideramos lo que no tenemos que considerar y consideramos la cruz.

 

¡SOLAMENTE ALCANZA TU PROMESA!

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