“Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad, Mírame, y ten misericordia de mí; Da tu poder a tu siervo, Y guarda al hijo de tu sierva.” (Salmos 86:15-16 RVR1960)
Este es un precioso Salmo de una persona que ante la adversidad decide poner a Dios en perspectiva lo antepone en cada situación.
Mientras que desfallece a causa de su enemigo que busca su vida para destruirla, y que es una amenaza constante, pero a pesar de todas sus circunstancias él se regocija en su Dios que es Todopoderoso.
Con este enunciado que expresa la confianza del salmista: “Mas tú…” “Pero tú” , el salmista ha tenido muchas experiencias con su Dios y él sabe que es poderoso para rescatar del hoyo su vida y de sus enemigos; pues vez tras vez lo ha experimentado.
Mas tú… ¡Qué importante declaración! Él implora su gracia: “Pues tú Señor, eres bueno y perdonador.”
Mas tú… en el día de angustias te invocaré, porque tú me responderás
Mas tú Señor, tienes abundante misericordia para con todos los que te invocan.
Mas tú que estás dispuesto a perdonar.
Mas tú que estás lleno de amor para los que piden tu ayuda.
Mas tú que atiendes mi oración urgente.
Mas tú pues nadie puede hacer lo que tú haces.
Ahora es nuestro momento para decir en oración a nuestro Dios Todopoderoso: Mas tú…
¿Qué pasa en tu vida, cuál es tu situación que estás atravesando, dónde tienes que poner tu plena confianza como lo hizo el salmista?
No perdamos nuestra oportunidad de ver la gloriosa mano de Dios en nuestra vida y seguir experimentando Su misericordia, Su perdón, Su gozo, Su amor inagotable, Su oído atento a nuestras necesidades. ¡ALELUYA!
MAS TÚ… ¡SÓLO TÚ ERES DIOS!
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