¿Lo harás, o ya lo haces?

Por Staff

«Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.» (Proverbios 3:9-10 RVR1960)

 

¿Qué es honrar? Es mostrar respeto, consideración, admiración y estima hacia una persona. Claro que esto habla de todo lo que nosotros tenemos: dinero, propiedades, de todo lo que contamos. De  todo lo que emprendamos, por eso dice “primicias”.

 

Recuerdo cuando recibí mi primer sueldo, después de haber conocido al Señor, estaba con ese sentimiento cuando te van a dar el regalo que tú esperas. Cuando yo recibí ese primer sueldo, ipso facto, de inmediato lo puse en un sobre y lo deposité en el alfolí. Fue una sensación de haber hecho lo correcto en un acto de obediencia.

 

Tal como lo dice en Su Palabra:

«Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.» (Malaquías 3:10 RVR1960)

 

Te voy a decir algo: Él no necesita nuestro dinero, pues es el dueño del oro y la plata, lo dice por nuestro bien, y para que Él sea honrado.

 

Compruébalo y verás que Dios no miente. Él te bendecirá hasta sobreabundar.

 

Pero en esta ocasión no quiero resaltar lo material, quiero ahondar en nuestro ser; pues quizá nos sea más fácil dar algo material que darnos a nosotros mismos y cumplir con la ley ¿Cierto? Dice la Palabra de Dios: “Con las primicias de todos tus frutos”.

 

Claro que esto habla literalmente de dar lo primero de la cosecha, que si tenemos árboles frutales, lo podemos hacer; pero te pregunto: ¿Y qué de los frutos de nuestro carácter con que podemos honrar al Señor?

 

«Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.» (Gálatas 5:22-24 RVR1960)

 

Creo que a la luz de Su Palabra nos damos cuenta que hay mucho fruto con el cual podemos honrarlo ¿Verdad?

 

Pues en ello hay recompensa. ¡Gloria a Dios! Y una vez más te digo que Él nos lo demanda para nuestro beneficio.

 

¿Qué tanto amor estamos dando para honrarlo? Bueno, puedes decir, amo mucho a mi familia, pero qué de la cuñada(o), suegra(o), vecinos… con los cuales has tenido algún problema? Dice la Palabra hónralo con todos tus frutos ¿Y qué de la paciencia al esperar que responda el Señor y no actuar por nuestras propias fuerzas? Honrarlo con el fruto de la mansedumbre cuando hay qué ponerlo en práctica y de la misma manera con lo demás: bondad, paz, gozo, etc.

 

El honrarlo es respetarlo, admirarlo… y por ese amor querer hacerlo, no por las promesas, que seguramente las tendremos si lo hacemos, por supuesto, pero sobre todo, porque le amamos y queremos que Él reciba toda la gloria y toda la honra.

 

¡Vamos! es tiempo de honrarle con todos nuestros frutos y seremos llenos de bendición en abundancia.

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