¿Hasta cuándo? 2da Parte

Por Staff

«Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.» (Deuteronomio 6:4-9 RVR1960)

 

Primeramente nos manda oír: “Oye Israel” (ponle tu nombre). DIOS ES DIOS

¿Cómo estamos oyendo? ¿Estamos oyendo? Necesitamos hacerlo para salvar la familia.

Qué importante poner atención al Dios de dioses, al único Dios. Y no escuchar otras voces, sino la correcta para repetirlas a tus hijos y enseñarles “Dios es mi Dios” y también tu Dios. Necesitamos dejarles el legado de seguir a Dios y que sea el Dios de todas sus generaciones.

 

En segunda instancia manda AMAR. Amar a Dios de todo el corazón, de toda el alma y fuerzas. Cuando aprendemos a amar de esta manera resguardamos a nuestra familia de depredadores (si los hijos salen a buscarlo fuera de casa). Los hijos sabrán la diferencia del amor verdadero.

Cuando pruebas algo de calidad, ya no vas a querer otra cosa, sino calidad. Vas a querer lo verdadero.

Papás varones, afirmen a sus hijas, abrázalas, háblales palabras que las valoren, que las levanten. Para que el día de mañana no se vayan con cualquiera que les hable bonito, y les haga daño.

 

Necesitamos enseñarles el verdadero amor, el amor de Dios en nuestras vidas como padres. Antiguamente el hogar era la escuela y los padres los maestros. ¿Qué pasó, a quién le cediste los derechos?

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