¿Hasta cuándo? 1era Parte

Por Staff

«Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.» (Deuteronomio 6:4-9 RVR1960)

 

¿Tu familia está resguardada por la Palabra que tú les das? ¿Tu Dios es el Dios de tus hijos? ¿Ven en ti quién es Él?  ¿Qué lugar ocupa tu familia en tu vida? Sólo algunas preguntas para reflexionar en dónde estamos conforme a los lineamientos de Dios.

 

Estando de vacaciones, en cada mesa había una familia o varias familias, disfrutando de unas deliciosas vacaciones en la playa, suculentos platillos, un paisaje digno de guardarlo en tus pensamientos y deleitarte en la creación.

 

¡Pero no. Todos estaban poniendo sus ojos en su celular! Pagar tanto dinero para entretenerte con tu teléfono, en vacaciones y con la familia; lo que cambió solamente fue el paisaje, y el dinero que desembolsaste para el viaje.

¿Por qué menciono todo esto? Porque estamos perdiendo a la familia, teniéndola a nuestro lado.

“La tecnología nos acerca a los que están lejos, pero nos aleja de los que están cerca”. Muy trillada frase, pero es verdad.

 

Creo que hoy en día estamos pagando lo que no hemos hecho: repetir las Palabras de Dios a nuestros hijos. Es una factura muy alta que se está cobrando hoy en día. ¡Estamos perdiendo la familia! ¿Y qué estamos haciendo?

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