¡Busca el pozo!

Por Staff

“Cuando su padre Abraham aún vivía, los siervos de Abraham habían abierto pozos; pero después los filisteos los habían tapado y llenado de tierra. Por fin, Abimélec le dijo a Isaac: Vete de aquí, porque has llegado a ser más rico que nosotros. Isaac se fue y acampó en el valle de Guerar, y allí se quedó a vivir. Volvió a abrir los pozos de agua que habían sido abiertos en vida de su padre, y que los filisteos habían tapado después de su muerte, y les puso los mismos nombres que su padre les había dado.(Génesis 26:15-18 DHHD)

 

Anteriormente en los ranchos o casas había norias o pozos donde pasaba agua y así suministraba ese líquido precioso para todas las necesidades y sin pagar recibo, por supuesto. De hecho, en mi casa tenemos uno, pero desafortunadamente desviaron el venero. Ahora es más fácil para nosotros, sólo abrimos la llave y ahí está el líquido, listo para suplir nuestras necesidades, pero sin nutrientes, desgraciadamente y pagando recibo.

 

Pero en los tiempos de Abraham e Isaac no era así. Ellos tuvieron mucho qué hacer para descubrirlos y excavar. En aquel tiempo, como en los tiempos de Abraham, había hambre en la tierra, y se fue Isaac a Gerar, donde Abimelec era rey.

 

De la misma manera como Dios habló a ABRHAM, lo hizo con su hijo Isaac:

“y por ahora sigue viviendo en este país. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tus descendientes les voy a dar todas estas tierras. Así cumpliré la promesa que le hice a tu padre Abraham.” (Génesis 26:3 DHHD)

 

Dios había dado una promesa y la iba a cumplir. Isaac se volvió tan poderoso y rico que Abimelec lo corrió y él se estableció en el valle de Gerar. Ahí comenzó a cavar los pozos que un día cavó su padre y que los filisteos habían tapado.

 

Tú puedes decir: Quécil para el hijo, no tuvo qué buscar, sólo cavar“. Pues déjame decirte que no fue fácil para él tampoco. Hubo oposición.

 

Lo que quiero hacer aquí es, resaltar en la vida de Isaac, que este hecho no lo detuvo. Prosiguió.

 

¿Qué fue lo que sucedió? Los siervos hallaron agua, y los pastores de Gerar se pelearon con ellos. Por eso lo nombraron: Esek.

 

¿Pero Isaac se detuvo? ¡Por supuesto que no! Perseveró, cavó y halló agua, pero los pastores riñeron, por eso nombraron al pozo Sitna. Pelearon, riñeron, pero Isaac se mantuvo y nada lo detuvo.

 

Se apartó de allí y abrió otro pozo, pero aquí fue diferente, no pelearon ni riñeron; por eso lo nombró: Rehobot. Todo cambió, él descansó y dijo:

“Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra.” (Génesis 26:22 RVR60)

 

Abraham tuvo una promesa, Isaac también la tuvo. Y los dos prosiguieron a su meta; en todo lo que vivieron, en toda la oposición, en todo lo adverso, Dios estaba en control.

 

Y ahora te pregunto: ¿Qué pozo has cavado y el enemigo ha tapado?

 

El pozo  de la felicidad, de algún negocio, de la economía, de relaciones, de familia, de tu matrimonio, de tus hijos, de tu ministerio, de proyectos… Hasta el punto que digas: No volveré a cavar un pozo más”. No desistas.

 

El enemigo va a tratar de tapar todo lo que intentes abrir, pero no desmayes, persiste, Dios tiene el control de tu vida y de tus circunstancias, sigue cavando, no te canses; quizá falta tan poco para encontrar tu Rehobot y puedas decir:

“Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra.” (Génesis 26:22 RVR60)

 

El enemigo podrá tapar todos los pozos que quiera, pero hay uno que no lo logrará, y ese es el pozo del agua de la vida eterna; como dijo el Señor a la samaritana: “…mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”

 

Este pozo no lo tapará si estamos cimentados en Su Palabra y confiamos que Él hará.

 

“Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación.(Isaías 12:3 RVR60)

 

El Señor es nuestra fuente que nos puede saciar en momentos de necesidad; no necesitamos cavar aquí o allá; sólo enfoquemos nuestra mirada en Él y nos dará lo que necesitamos en tiempo de hambre. Continuemos cavando pues llegaremos a nuestro: “Rehobot” donde Dios nos hará prosperar y fructificar.

 

Abimelec veía el favor de Dios en la vida de Isaac y fue hacia él e hicieron pacto; comieron y bebieron y le dijeron: Tú eres ahora bendito de Jehová“. Y se despidieron de él en paz. ¡Prosigue!

 

¡ÉL ES NUESTRO POZO DE BENDICIÓN!

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