“Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.” (Salmos 139:12)
En estos últimos tiempos, por lo que hemos vivido, hemos podido experimentar las tinieblas; y la oscuridad, por los apagones que se han realizado en todas partes ¿No es cierto?
Pero aún así hemos podido escuchar testimonios de que en este tiempo de tinieblas y de oscuridad por la falta de energía, la hermandad y la buena vecindad no se han hecho esperar. ¡Gloria a Dios!
Las familias comparten más tiempo, valoran más la comida, y todo lo que es cotidiano está tomando otro valor.
Sabemos de otros testimonios en donde algún o algunos miembros de familias pasando por una enfermedad han conocido el poder de Dios en sanidad, pero lo más importante, le han conocido como Su Salvador.
Siempre relacionamos las tinieblas y la oscuridad como símbolos de adversidad y de situaciones negativas. “Pero a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan para bien.” ¿Verdad?
La Palabra dice que nuestras noches resplandecerán como el día. Y lo podemos ver en muchos personajes en la Biblia: La oscuridad en la vida de Ruth se iluminó al seguir a su suegra Noemí, por difícil que parezca, pero así fue.
Noemí, suegra de Rut, huye de su tierra con su esposo y sus dos hijos por escasez de alimento. Pero en Moab, a donde fueron a vivir, Noemí pierde a su marido e hijos. Noche de oscuridad y tinieblas.
Pero esas tinieblas hicieron que Noemí y Ruth volvieran a la tierra a donde Noemí pertenecía. Y en ese lugar, por medio de un pariente de Noemí, llamado Booz, resurge la esperanza para ella y para Ruth su nuera.
Cambia todas sus tinieblas en luz al casarse Rut con Booz: “…el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.” (Rut 4:15 RVR1960)
Para ellas, como para nosotros, las tinieblas se convirtieron en luz, puesto que de esta unión nació nuestro Salvador. ¡¡¡Aleluya!!! Bendita oscuridad.
Y qué podemos decir de la oscuridad en la vida de José; esas tinieblas que por años estuvieron rodeándole, pero que al final se convirtieron en una luz admirable, la cual pudo cambiar la oscuridad de muchas familias en ese tiempo de hambre y no sólo para Egipto, sino para otros pueblos, como su pueblo Israel, que gracias a la escasez de alimentos sus hermanos acudieron a él sin saber que era su hermano a quien habían vendido.
José tuvo la oportunidad de proveerles alimento y todavía mucho más que eso, una tierra para vivir, una tierra de abundancia. Y por supuesto, su perdón.
Tinieblas cuando lo vendieron, tinieblas cuando lo encarcelaron injustamente; pero su noche resplandeció como el día cuando el mismo faraón rey de Egipto lo hace el segundo en su reino, y Dios le da sabiduría para dar alimento a toda una nación y bendecir a otras.
Creo que podríamos dar más ejemplos de tinieblas que se convirtieron en luz y en una bendición para la humanidad.
Y ahora te pregunto ¿Estás teniendo una noche oscura?
Déjame volver a escribir el pasaje:
“Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.” (Salmos 139:12 RVR1960)
Para Dios lo mismo es actuar en las tinieblas que en la luz. ¡¡¡Aleluya!!!
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31 RVR1960)
Esa oscuridad que estás pasando en este tiempo, se convertirá en una bendita oscuridad, pues Dios se manifestará de la misma manera como lo hizo en la vida de Rut, Noemí, José…
Porque lo mismo le son las tinieblas que la luz. Él puede actuar con poder a nuestro favor en la noche más oscura. ¡¡¡ALELUYA!!!
Por eso podemos decir: “BENDITA OSCURIDAD”
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