¿Aptos?

Por Staff

«Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido;» (2 Timoteo 2:24 RVR1960)

«Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles.» (2 Timoteo 2:24 NTV)

 

Primeramente necesitamos saber el significado de la palabra APTITUD:

Capacidad para operar competentemente en una determinada actividad. Capacidad y disposición para el buen desempeño.

 

Todos podemos enseñar bien o mal. Pero, una pregunta ¿Eres apto? Y al preguntar, claro que me refiero a enseñar bien, por supuesto. Podrías decir: “no soy maestro, ni jefe, ni tengo un grupo a mi cargo…” etc. Pero podrías ser padre, madre, tía(o) abuelo(a).

 

Lo que señala Pablo en las Escrituras, de “ser aptos para enseñar”, no quiere decir si somos lo suficientemente capaces para hacerlo, no. Habla de cualidades de vida. Que cuando comuniquemos algo debemos de hacerlo con amabilidad, con paciencia. No con tono amenazante.

 

Podemos practicarlo en nuestra familia, que ahí es donde se nos conoce verdaderamente, y es una zona donde, si eres padre de familia, estás obligado a hacerlo ¿pero cómo lo vas a hacer? Es ahí donde te preguntas ¿Soy apto para practicarlo?

Recuerda que no se trata de capacidad de conocimiento, se trata de qué actitud vas a tomar para cuando quieras corregir a alguien o trates de mostrar errores o mostrar la verdad.

Cualidades de vida”. Cómo presentar la Palabra en tu trabajo, en tu casa, en el supermercado, etc.

Cuando somos aptos para enseñar es que la Palabra de Dios se ha hecho vida en nosotros, que reconocemos que la Biblia es la Palabra de Dios y en ella nos basamos. Esto es muy necesario para los padres de familia, para tíos, abuelitos…

Todos tenemos influencia sobre alguien, y si enseñamos tal como dice en Su Palabra capaz de enseñar con paciencia y amabilidad, seguramente ganaremos nuestra familia y nuestra ciudad.

Seamos tardos para airarnos y prontos en oír. Seamos siervos de Dios “aptos para enseñar” con amabilidad, paciencia, aún con las personas difíciles.

 

«Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.» (2 Timoteo 2:15 NVI-S)

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