Ajustando nuestra imagen

Por Staff

«Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.» (Génesis 1:26-27 RVR1960)

La televisión ajusta la imagen que quiere transmitir de alguna persona para comercializar y hacer dinero, o crea una imagen para la publicidad y hacer más dinero. Y el cine otro tanto. Pregunto ¿a quién te quieres parecer? ¿Cómo cristianos en quién nos estamos transformando?

Dijo Dios “HAGAMOS”. Convocó a junta al Hijo y al Espíritu Santo a esta reunión ¡Interesante! Éste ha sido Su sueño desde la creación: Que seamos como Él¿Cómo sería nuestro mundo si esto verdaderamente estuviera pasando en el pueblo de Dios? 

Si cada día nos pareciéramos más Él, ¿no sería mejor este mundo, nuestra vida, nuestra familia? Pensemos en ello: no nos mentiríamos los unos a los otros, tendríamos relaciones muy saludables, estaríamos muy sanos, pues seríamos honestos los unos con los otros. ¡Y sobre todo, cumpliríamos el sueño de Dios!

 

Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros.” (Hechos 14:11 RVR1960)

 

Veamos la primera palabra:

Este verbo “HAGAMOS”, está cargado de un deseo sin egoísmo, de un deseo sin superioridad; de un deseo de compartir su ADN con simples mortales, de dar IDENTIDAD Y SEMEJANZA AL HOMBRE.

 

¿Qué esperamos?

IMAGEN:

Cuando nos vemos al espejo, ¿qué pasa con nuestra imagen? Se proyecta, se exterioriza ¿no es cierto?

¿Cómo puedo parecerme a Dios físicamente? No hablamos de esto.

Veamos qué es lo que dice el Señor: “SEÑOREE”. De qué habla esto: de “AUTORIDAD”. Que la misma autoridad que tienen ellos (Padre, Hijo y Espíritu Santo), la trasmiten a Su creación.

Habla de “DOMINIO”: sobre toda bestia, toda la tierra, en los cielos y todo animal. Su imagen, tiene qué ver con autoridad y dominio. Y Cuando hablamos de “SEMEJANZA”, hablamos de “IDENTIDAD”.

Como cristianos debemos ajustarnos a la imagen de Dios en lugar de en la de un cantante, un futbolista, una estrella de cine, etc. Y si hablamos de “IDENTIDAD”, hablamos de “ADN”. Si tenemos baja autoestima, es que no está bien ajustada nuestra imagen con la de nuestro Creador.

               

Necesitamos ajustar nuestra imagen

La “SEMEJANZA”, habla de “RELACIÓN”.

¿Cuánto tiempo pasamos con la persona, qué tipo de relación tenemos, copiamos su hablar, su caminar, sus frases, etc.? 

Si nuestra IDENTIDAD sufre de inseguridad, es porque no la alineamos con la identidad de Cristo. Debemos estar seguros de quiénes somos, porque le conocemos, porque pasamos tiempo con Él.

En el “HAGAMOS” agrega su ADN (información genética) ¿Qué quiere decir?

ENTREGA, FAMILIA, AFECTO, AMOR. Dios ha puesto en nosotros su ADN, como el ADN de nuestra familia. ¿Por qué no hacemos buen uso de la autoridad que Él nos dio sobre el diablo y dejamos de llorar por los rincones?

Somos HECHOS a Su imagen, tenemos autoridad, nos ha dado honra, gloria, dominio…

¡Ajustemos nuestra imagen con la SUYA!

 

Cumplamos el sueño del CREADOR:

«…para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.» (S. Juan 17:21 RVR1960)

“En esto conoceréis que son mis discípulos: si tuviereis amor los unos con los otros.”  (S. Juan 13:35 RVR 1960)

El mundo necesita conocer del Señor. Él nos trasmite su ADN, pues de la misma manera que tú has sido tocado, quiere que alcances a los que están a tu alrededor. No es sólo para que nos sintamos todo poderosos; y está bien, pues nos han dado Su imagen; podemos decir: “sed imitadores de mi”.

¿Implica compromiso? Sí, pero ganaríamos al mundo.

 

Palabras a recordar:

HAGAMOS: CARGADA DE AMOR, AFECTO, FAMILIA, ADN.

IMAGEN: AUTORIDAD, DOMINIO, SEÑORÍO. 

SEMEJANZA: RELACIÓN, IDENTIDAD.

 

Podríamos responderle:

«En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.» (Salmos 17:15 RVR1960)

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