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Por Staff

“Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados.” (Isaías 25:6) 

 

“Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.” (Isaías 25:7-8 RVR1960)

 

Cuando has comido platillos suculentos, platillos preparados con frutas y verduras de primera, entonces sabes diferenciar lo bueno de lo excelente ¿verdad?

 

Pues en este pasaje Dios hace referencia de lo que está a nuestra disposición. Pero lo interesante es que no lo encontramos en todas partes, una buena y excelente comida, no la encuentras en todas partes, para ello vas a un lugar específico ¿no es cierto?

 

Pues justamente también la presencia de Dios, claro, está donde se encuentra el Espíritu de verdad, y ahí hay libertad.

 

Fíjate bien lo que dice la Palabra: “Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados.”

 

Dice en ESTE MONTE, seguramente que hay muchos montes, pero Él dijo “ESTE”. Muy interesante. Él especifica bien dónde deposita y reposa Su Presencia. No es en cualquier monte: “HARÉ EN ESTE MONTE”.

 

¿Dónde? En Su Presencia, en reposo, en quietud, ahí donde solo TÚ Y ÉL están, donde puedes hablar con Él Sin cuidarte de lo que dices o cómo lo dices. En el lugar preciso donde el desborda Su abundancia:

«Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias. Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz.» (Salmos 36:8-9 RVR1960)

 

¿Dónde te estás alimentando, dónde encuentras la misma calidad del alimento? Sólo en Su presencia está el manantial de vida.

 

Es en este monte, donde Dios derrama su abundancia. ¿Por qué insistir seguir buscando? ¿Por qué buscar otro monte?

 

«Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.» (Isaías 2:2 RVR1960)

 

“El monte de Dios, dice la Palabra, es cabeza de los montes”

 

Sólo ahí es donde: 

Él va a destruir a nuestros enemigos. 

Destruirá el velo que cubre a las naciones, para que vean al Santo de Israel.

Es ahí donde destruirá a la muerte.

Es ahí donde enjugará toda lágrima.

Es ahí donde quitará la afrenta.

 

Y es ahí, en este monte, donde lo esperaremos y nos salvará, donde nos gozaremos y alegraremos en el Dios de nuestra Salvación.

 

«¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.» (Isaías 55:2-3 RVR1960)

 

El resumen de este versículo es: busquémosle en Su monte. Desea que vayamos a su mesa donde Él nos dará sólo lo mejor, sólo lo excelente. Él nos da su dirección: “SANTO MONTE”.

 

«…yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.» (Isaías 56:7 RVR1960)

 

No hay otro lugar donde podamos comprar sin dinero, no hay otro lugar donde disfrutemos sus “delicatessen”. No hay otro lugar donde estemos hablando de nuestros problemas, enfermedades y situaciones difíciles, con una sonrisa quizá o con lágrimas porque sabemos que Él enjugará todas ellas.

 

Entonces diremos:

“…He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.” (Isaías 25:9 RVR1960)

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