¿A qué hueles?

Por Staff

«Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?» (2 Corintios 2:14-16 RVR1960)

 

El olfato es el sentido más desarrollado al nacer, por lo que somos capaces de distinguir el aroma de nuestra madre de entre un grupo de personas dentro de una habitación. Un adulto puede distinguir entre 4,000 y 10,000 aromas diferentes, nuestra nariz es muy sensible y puede detectar concentraciones muy bajas de compuestos, más que el mejor de los equipos de detección.

 

Esto es con respecto al humano; por otra parte, encontré un dato curioso y muy interesante del olor y olfato de los pingüinos:

Estos animales viven en colonias muy numerosas; forman parejas monógamas y comparten la responsabilidad de criar a sus crías mientras se turnan para dejar el nido para recoger la comida. Es en este escenario en que viajan largas distancias en el océano, utilizando el olfato para encontrar el alimento y para reconocer los nidos, “pero no sabíamos que el olfato también era utilizado para reconocer familiares”.

 

¡Imagínate encontrar a su familia entre cientos o miles de pingüinos al regresar a casa! Muy impresionante.

 

¿Por qué toda esta introducción? Porque si para estos animales es muy importante diferenciar el olor y encontrar a su madre, más importante es para nosotros tener el olor a Cristo, pues es un olor grato para vida eterna. Por eso te pregunto ¿qué olor despedimos? ¿Podemos identificar a nuestra familia?

¿La gente puede percibir el olor a Cristo por nuestro trato?

Sabes qué hermoso es llegar a un lugar y cambiar el ambiente que se respira porque dice la Palabra: “por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.”

Por eso te pregunto ¿a qué hueles? ¿Manifiestas en todo lugar el olor de Su conocimiento?

Una vez más mencionaré esto: “el mundo necesita ver la manifestación de los hijos de Dios”.

Pues cuando conocemos a Dios, revelamos lo que Él es, nos comportamos como Él quiere, hablamos lo que Él habla.

Ese olor familiar nos distingue de los demás y nos da identidad, pertenencia, seguridad, protección… Y cuando el enemigo asedia y olfatea, el grato olor a Cristo, lo hará huir de nosotros.

 

El grato olor de Cristo nos salva de la muerte eterna.

El grato olor de Cristo hace huir al enemigo.

El grato olor de Cristo nos da pertenencia.

El grato olor de Cristo nos brinda seguridad y protección.

El grato olor de Cristo nos identifica como familia.

Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida.

 

Y vuelvo a preguntar ¿A qué hueles?

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