“…para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2:10-11 RVR1960)
¿Qué tiene qué ver la carta del apóstol Pablo a los Filipenses con la Navidad? Pues tiene todo que ver.
Déjame aclarar: Por supuesto que esta época tan preciosa evoca alegría, fiestas, gozo… pero sobre todo, evoca salvación, de lo cual habla Filipenses y eso es la Navidad: ¡Cristo nació (y también puede nacer en aquellos que no le conocen) en nuestro corazón para salvación y vida eterna!
No nos podemos quedar con el Niño, el pesebre, los pastores, la estrella… La Navidad va más allá de esto, aunque todo eso es precioso.
Esta época no es sino la memoria que tenemos de un Dios que va en nuestra búsqueda para reconciliarnos con Él, que es Señor de la Historia, y de nuestra vida.
En una palabra: La Navidad es ¡Esperanza, reconciliación, salvación! ¡Que nos ha nacido un salvador! Sí, un Salvador.
La Palabra nos dice:
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6:23 RVR1960)
“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,” (Romanos 3:23 RVR1960)
Por eso necesitábamos un Salvador, porque nuestro destino era muerte espiritual y eterna (separación de Dios por toda la eternidad).
Por eso, Navidad es más que una fiesta, es una celebración donde recordamos y agradecemos a Dios la salvación y la vida eterna.
¡Filipenses tiene todo que ver!
“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que serán para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” (S. Lucas 2:10-11 RVR1960)
“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.” (Gálatas 4:4-5 RVR1960)
Por eso la Navidad es salvación, esperanza para el creyente, es vida y vida eterna. Es la historia con un final feliz si le recibes en tu corazón y lo sigues con todas tus fuerzas, amándole, agradándole y sirviéndole con toda tu alma.
Que esta Navidad, sea una fuente de vida y esperanza para ti, para toda tu familia, y para todos aquellos que te rodean que aún no le conocen.
Recuerda que la Navidad no es sólo fiesta, comida, convivencia… que es excelente, pero esta época es más que eso, no lo olvides: Es ¡Salvación Esperanza y Vida Eterna junto a Dios!
Agradece al Señor por esta época que nos recuerda el por qué de Su nacimiento:
“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que serán para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” (S. Lucas 2:10-11 RVR1960)
Él es nuestro Salvador, Él es nuestra Esperanza y Vida Eterna. ¡Aleluya!
Comentarios