Nuestras prioridades en estos tiempos peligrosos

Por Staff

“Como consecuencia, un fuego ardiente salió de la presencia del Señor y los consumió por completo, y murieron ahí ante el Señor.” (Levítico 10:2 NTV)

 

Hay muchos versículos en la Biblia que podrían ser seleccionados bajo el título: “El pasaje más triste de toda la Escritura”.

 

Podemos ver un pasaje muy corto que fácilmente pasamos por alto: la descripción “muerte prematura de Nadab y Abiú, que termina con esta sombría declaración: “Y Aarón calló.” (Levítico 10:3)

 

No lágrimas… Ningún desborde de tristeza… Ningún lamento por la muerte de estos líderes religiosos. Simplemente la triste escena de un padre afligido cuyos hijos nunca aprendieron a respetar la Palabra de Dios ni a tener temor de Él.

 

En nuestra actualidad está pasando lo mismo. Hoy en día nuestros hijos escuchan tantas voces: “toda una gama de héroes”, hay tantos “streamers,” tantas plataformas, tantos “influencers”.

 

Una pregunta: ¿Como padres, nuestra influencia es más fuerte que todas las plataformas de “influencers”?

 

Creo que más que nunca debemos salvar a nuestra familia de gente que sólo influye en nuestros hijos en una forma banal y peligrosa. ¿Qué se está sembrando a esta generación? Otra pregunta: ¿Como padres, conoces las plataformas que se crean para guiar a tus hijos y alimentarlos?

 

Creo que es muy importante que no lo ignores, pues quizá has visto en tus hijos desobediencia, rebeldía, depresión, ansiedad, desesperación, malas relaciones… y no logras saber la fuente de todas estas reacciones, de toda la basura y comida chatarra que lo está alimentando…

 

Dice la Palabra: “Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.” (S. Lucas 14:23 RVR1960)

 

La palabra “fuérzalos”, significa persuadir, alertar, no es en un sentido de obligación con fuerza física. ¡No! Fuérzalos es mostrar qué tan vivo es el deseo de Dios de hacernos partícipes de Su vida y felicidad.

 

¿Como padres qué estamos haciendo con la tarea de enseñar a nuestros  hijos a respetar la casa de Dios, a amar la Palabra, a obedecer la voz del Señor, a escuchar atentamente a Su portavoz? ¿O somos como los del pueblo de Jerusalén?

 

“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!” (Mateo 23:37 NVI)

 

El pueblo de Jerusalén despreciaba las enseñanzas. Y como padres podríamos decir: “En mi casa mando yo”, y no tomamos las advertencias de la Palabra a través de pastores, que al final es para edificación de nuestra familia y paz asegurada.

 

¡Una gran tarea como padres! Como dice un pensamiento: “Si fuera fácil criar hijos, no empezaría con dolores de parto”. Pero con la ayuda de Dios y de Su Palabra saldremos adelante.

 

Los niños tienen gran capacidad de abrir sus oídos al consejo y sus ojos al ejemplo. Podemos hacerlo alrededor de la mesa, antes de ir a la cama, conviviendo con ellos.

 

Aprendamos de la triste historia de Nadab y Abiú, pues les puede salvar a ellos y a ti de una experiencia dolorosa en el futuro.

 

Padres, tíos, abuelos, amigos… que seamos buenos “influencers” para las cosas que son eternas, y no hablo de una forma religiosa, hablo de la realidad, pues los salvarás del fuego eterno. “Y el ejemplo arrastra vidas”.

 

Por favor no pases de largo esta reflexión, pide al Señor sabiduría, que te guíe cómo orar por tus hijos, no importa que ya se hayan casado, o si los tienes en casa, puedes influenciarlos cada día como hombre y mujer de Dios.

 

“Ellos están comiendo en otra mesa”; conoce las plataformas, no ignores las maquinaciones del enemigo, pues él sólo quiere destruir a tu familia. Pero algo importante, no estamos solos en esta tarea:

“Pero así dice el Señor: Sí, al guerrero se le arrebatará el cautivo y del tirano se rescatará el botín; contenderé con los que contiendan contigo y yo mismo salvaré a tus hijos.” (Isaías 49:25 NVI)

 

“Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.” (Salmos 127:1 NVI)

 

Deja que el Señor edifique tu casa a través de tu vida de ejemplo, pues acuérdate: “El ejemplo arrastra”.

 

Que sea en tu mesa en donde se alimente a tu familia, y sepan que tú tienes cuidado para que ellos tengan lo mejor del trigo, así los librarás del fuego eterno.

 

UN PADRE ES UN HOMBRE QUE ESPERA QUE SU HIJO SEA TAN BUEN HOMBRE COMO ÉL INTENTÓ SER”

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