“…yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.” (1 Samuel 2:30)
¿Qué quiere decir HONRA? Respeto, engrandecer, premiar, méritos, reconocimiento o distinción.
El Reino de Dios es eso: un Reino. Por lo tanto, dentro de la iglesia hay autoridad ordenada y orden de rango. Al honrar a un líder eclesiástico, a su vez honramos a Jesús, y al honrar a Jesús honramos a Dios Padre.
El modo en que actuemos, hablemos y hasta pensemos de un líder es el modo en que tratamos a Aquel que envió al líder.
Nuestra actitud hacia Dios se refleja en nuestra conducta hacia nuestros líderes. No podemos decir que tememos a Dios si no tenemos respeto por la autoridad.
Cuando verdaderamente tememos a Dios, honramos al siervo que Él levantó y nos sometemos bajo su liderazgo.
Honrar es valorar. El primer paso para caminar en honra hacia los que Dios ha colocado en autoridad sobre nosotros es reconocer el valor como las personas que Dios ha enviado para ministrarnos y cuidarnos.
Honrar es someterse. Es entonces cuando la sumisión se convierte en evidencia de nuestra decisión de honrarlo. La sumisión se conecta a su unción.
Honrar es correr en la misma visión.
Honrar es orar por ellos, ponerse en la brecha y construir un muro de justicia alrededor de su vida, familia y ministerio.
Honrar es seguir sus instrucciones.
Honrar a nuestro pastor es sinónimo de honrar a Dios porque Él lo ungió y lo ha enviado a nosotros, a cuidar de nuestra vida.
Honrar a un siervo es honrar la unción que está detrás de él.
Si permanecemos fieles en honrarlos, nos posicionamos para tener éxito en todo lo que emprendamos y ver la unción de Dios fluir en nuestra vida.
Ahora somos hijos de Dios y nuestra cultura es del Reino. Y su cultura es: dar, animar, agradecer el esfuerzo que día con día hacen al cuidarnos, al alimentarnos. Adaptemos la cultura del Reino y sembremos agradecimiento por aquellos siervos que nos alimentan, aman, cuidan y guían. Hónralos con la cultura del Reino.
La honra al siervo de Dios es la llave que nos habilita a tener acceso al poder de Dios que está en él.
Sometimiento – obediencia se manifiesta con palabras y acciones.
HONRA A QUIEN MERECE HONRA
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