“El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia.”
¿Qué es lo que quieres: envejecer prematuramente o mantenerte joven hasta el último día?
¿Es posible? Sí es posible. Todo está en nuestra actitud y también en tomar muy en serio esta palabra: ¡Florecerán como palmeras y cedros!
¿Por qué se compara al justo con la palmera y con el cedro?
Primeramente: “La palmera envía toda su fuerza hacia arriba, creciendo en medio de la escasez y la sequía del desierto; así el justo, que en su rectitud apunta sólo a la gloria de Dios; e independientemente de las circunstancias externas, está hecho por la gracia divina para vivir y prosperar donde todo lo demás perece”. Y el cedro es conocido por su tamaño, fuerza, durabilidad, belleza y utilidad.
Así los justos plantados en la casa de Jehová, da idea de “majestad, estabilidad, durabilidad e incorruptibilidad”. ¿Por qué? Porque solamente es en la casa de Jehová donde se vive y se prospera continuamente.
No es necesario llegar a la tercera edad para envejecer, pues desde que nacemos empezamos a hacerlo. ¿Pero cómo tomamos este proceso? ¿Con qué actitud nos enfrentamos al cambio?
Este versículo es un buen comienzo para nuestra vida y también debemos poner atención a la actitud que tenemos ante las circunstancias de cada día que va avanzando. “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.”
Nosotros somos los justos, nuestra vida no se acaba con los años si decidimos cambiar nuestra actitud ante la vida, aprender, leer la Palabra, reír, tener nuestros propios sueños, por qué no servir, te aseguro que nos mantendremos jóvenes hasta el último día.
¿Conoces gente joven que tiene mente de anciano? Seguramente que sí. No podemos ver nuestra vida a la luz de este mundo: “Tienes más de 65 años, jubílate”, nos dicen. ¡No! Es a la luz de la Palabra que tenemos que verla: “aún en la vejez fructificarán: estarán vigorosos, verdes, fuertes”.
La Biblia dice de Moises:
“Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.”
Moisés tenía un propósito de vida, él se aferró a la Palabra y era justo, aún en su vejez fructificó y sirvió al Señor con todo su corazón.
Seamos jóvenes o estemos en el “ocaso de nuestra vida”, no por eso vamos a dejar de servir y de glorificar a Dios, pues debemos de tener este pensamiento: “Necesito mantenerme joven hasta el último día de mi vida”.
En los atrios del Señor, con un sólo propósito: de anunciar que Jehová es nuestra fortaleza y que Él cumplirá Su promesa de fidelidad y protección todos los días de nuestra vida.
Cuando nuestra fuerza natural decaiga, será renovada. Debemos mantenernos jóvenes con un solo propósito: que Él sea honrado y glorificado por Su fidelidad en mí, anunciando Su fidelidad, amor y fortaleza.
Si permanecemos en Él: floreceremos, fructificaremos, creceremos y estaremos verdes y vigorosos. ¡ALELUYA!
“MANTENTE JOVEN HASTA EL ÚLTIMO DÍA”
Comentarios