“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3:13-14 RVR1960)
Ciertamente este año estará en nuestra memoria para siempre. Quizá con recuerdos tristes, con enseñanzas… pero no podemos quedarnos estancados con lo que nos tocó vivir en él.
La Palabra nos enseña a dejar atrás lo que va a detener nuestro caminar, lo que impedirá nuestro progreso espiritual. Por eso dice “ciertamente”.
¿Qué es lo que vamos a hacer? ¿Nos quedaremos con esos malos recuerdos?
Quizás perdiste un ser querido, tristemente, pero seguramente, a esa persona le hubiera gustado que salieras adelante tras la adversidad ¿no es cierto?
Como cristianos tenemos una meta a dónde llegar: “al supremo llamamiento de Dios”. Ese es nuestro premio. ¡Aleluya!
Por supuesto que en nuestro andar nos vamos a encontrar con tantos caminos sinuosos, pero lo que debemos hacer es “proseguir”. Más adelante seguramente habrá un terreno más suave, donde podremos caminar más confiados.
“Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.” (Proverbios 4:18)
No te estanques, continúa, nuestra senda va ir mostrando la perfección, sino desmayamos, tal como lo dice esta palabra.
Proseguir es importante; el estancamiento para nada aprovecha, sino para detenernos y dejar de recibir la vida en abundancia que Dios nos ha prometido. No nos detengamos, hay un gran galardón, continuemos.
“No obstante, proseguirá el justo su camino, Y el limpio de manos aumentará la fuerza.” (Job 17:9 RVR1960)
“Extendiéndome a lo que está adelante”, dice la Palabra. Damos gracias a Dios por Su Palabra, porque en ella hay esperanza.
“Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion.” (Salmos 84:7 RVR1960)
Seguramente que habrá una puerta de salida para todas las situaciones que vivimos en este año. ¡Aleluya!
Continuemos el camino, no nos detengamos.
“Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.” (Isaías 54:2 RVR1960)
Una cosa hago: olvido, lo dejo atrás, me extiendo a lo que está adelante, al supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. ¡ALELUYA!
“NO TE DETENGAS, PROSIGUE”
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