“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” (Santiago 1:17 RVR1960)
Un Padre es aquel que ama.
Un Padre es aquel que guía.
Un Padre es aquel que protege.
Un Padre es aquel que provee.
Un Padre es aquel que alimenta.
Un Padre es aquel que disciplina.
Un Padre es aquel que posiciona.
Un Padre es aquel que anima.
Un Padre es aquel que está presente.
Un Padre es aquel que es de ejemplo y paciente.
Un Padre es aquel que es un buen refugio.
Un Padre es aquel que mantiene su temperamento controlado.
Un Padre es aquel que es coherente.
Un Padre es aquel que aprende de sus propios errores.
Un Padre es aquel que educa.
Un buen Padre es aquel que moldea a sus hijos de forma correcta.
No hablamos de un padre perfecto, pero sí de su rol como tal.
No te sientas mal si te falta alguna característica; pero esfuérzate para alcanzarla y llevar a tus hijos a cumplir su propósito.
Por otro lado, damos gracias al Señor por ser “nuestro Padre Celestial” y hacer aún más de todo lo que hemos leído, pues toda buena dádiva desciende de Él.
Y alguien aquí en la tierra también ha fungido como pastor pero también como padre. Damos gracias a Dios por nuestro pastor, aunque en confinamiento, está atento de nuestra vida. Y tiene cuidado de alimentarnos correctamente.
Damos gracias a Dios por cada padre, y deseamos responder a lo que ustedes están haciendo para moldearnos y posicionarnos para que Dios cumpla Su propósito en cada uno de nosotros.
¡FELICIDADES PASTOR POR SER NUESTRO PADRE ESPIRITUAL, Y FELICIDADES A CADA UNO DE USTEDES, PADRES, POR ESFORZARSE EN AYUDARNOS EN NUESTRA CARRERA!
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