«Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios. Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?» (Isaías 43:10-13 RVR1960)
Querida Iglesia, amigos, hoy en día, como en aquel tiempo en que Jesús estaba con Sus discípulos, la responsabilidad de creer nos la deja a nosotros.
Sí, leíste bien, es nuestra decisión creer o no.
¿Y te preguntarás: qué tiene que ver el versículo de arriba con la fe? Pues todo.
Ésta es sólo una porción de quién es Dios, y tenemos muchas páginas para mostrar Su poder y decidir si creer, dudar, tener temor o pasar de largo ¿Qué haremos?
Claro está que estos tiempos son tiempos de mucha incertidumbre, por supuesto, no lo dudamos, pero otra vez ¿qué haremos?
Cuando Pedro camina sobre el agua (Mateo 14), estaban los otros discípulos ¿no es cierto? Pero quién decide caminar?¿Todos? Así es, sólo Pedro. Él fue el único que decide ir al encuentro de Jesús.
Es interesante lo que les dice el Señor en ese momento:
«…les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!» (S. Mateo 14:27 RVR1960)
Nuestros temores nos paralizan, y nuestros pensamientos se llenan de enormes telarañas que no tienen ni principio ni fin ¿Verdad?
“tened ánimo y no temáis”, son las mismas palabras que nos dice el día de hoy.
Por eso el versículo de arriba.
“¿Quién es nuestro Dios? Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Números 23:19 RVR1960)
Él desea mostrar Su poder en cada dolor, en cada necesidad, en cada situación que estamos padeciendo.
Sólo enfrentemos el temor con lo que Él dice, o nos dijo. Esto es importante.
“Yo, yo Jehová y fuera de mí no hay quien salve” ¡Él lo dijo! ¿Pero qué dijeron tus pensamientos? He ahí el dilema. Pero Él dijo “no temáis”. Y claro que habrá temor, pero yo decido no temer y recordar lo que Él me ha dicho.
Será una lucha con “nuestras telarañas”, pero si decidimos creerle pasaremos al otro lado.
En ese mismo pasaje dijo otra cosa importante: «Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» (S. Mateo 14:30-31 RVR1960)
¿Por qué dudaste? Pues sí, es muy humano hacerlo, no te sientas culpable.
Cuando vemos todas esas olas cubrir nuestra vida, y los sunamis de la misma, los nubarrones envolvernos, es natural, ¿pero, qué vamos a decidir?
¿Que las dudas llenen nuestros pensamientos y sentimientos? ¿Qué te ha dicho? ¿Quién es nuestro Dios? Él dice: “Yo soy Dios”.
¿Sabes lo que Él ha dicho? Si no es fácil, pregúntale.
No nos dejemos hundir en nuestros temores, dudas, y enredarnos en nuestras propias telarañas.
Vayamos a las Escrituras y veamos, escuchemos quién es Él y caminemos en Su verdad: “Él es nuestro SANADOR, Él es nuestro PROVEEDOR, Él es nuestra PAZ, Él es nuestro LIBERTADOR, Él nos libra de toda ansiedad.
Y Su Palabra dice: “No he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue Pan” ¿Lo crees?
“EL NÚCLEO DE NUESTRA FE ESTÁ EN QUIÉN ES DIOS Y EN LO QUE ÉL HA DICHO”.
¿QUÉ DECIDES? ¡ES TIEMPO DE CREER!
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