“El amor no hace mal a otros, por eso el amor cumple con las exigencias de la ley de Dios.” (Romanos 13:10 NTV)
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” (1 Juan 4:18 RVR1960)
¿Quieres cumplir con las exigencias de Dios? ¡AMA!
Siempre hemos sabido tantas cosas del amor, pero el problema aquí no es sólo saber, es AMAR.
Alguien dijo que la palabra más usada por los cristianos era: “AMÉN”; pero si a ese AMÉN le quitamos su acento ¿qué dice? AMEN. Así que todas las exigencias de Dios quedan suplidas por el AMOR, ¡qué interesante!
En esta versión de la NTV (Nueva Traducción Viviente), dice que este sentimiento puro no hace daño al prójimo.
¡Si en nuestra familia practicáramos este sentimiento! Claro cuando hay necesidad de disciplina hay qué ejercerla; pero si en verdad fuera esta nuestra manera de actuar, se acabarían en las familias las ofensas, amarguras, rencores, irritabilidad, o al menos menguarían ¿no es cierto?
¡Cuántas veces nos hemos exigido tantos sacrificios para obtener algo de Dios cuando Él te dice lo que desea: AMEN Y PUNTO!
Muy fácil decirlo, o puedes decir -no conoces a mi esposa, a mi esposo, a mis hijos…, etc.
¿Quieres amar a Dios y agradarle en todo tiempo? Pues hay un sólo camino: “AMAR”.
Acostúmbrate a decirlo cara a cara a tus seres queridos antes de ir a tu trabajo, antes de salir al colegio, antes de despedirte.
¿Quieres vivir en paz y con bendición?
Aquí tienes la clave:
«En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.» (1 Juan 4:18-21 RVR1960)
¡SÓLO HAY UN CAMINO PARA CUMPLIR CON LA LEY DE DIOS: “AMEN”!
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