“Como ciudad derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.” (Proverbios 25:28 RVR1960)
“Una persona sin control propio es como una ciudad con las murallas destruidas.” (Proverbios 25:28 NTV)
“Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu.” (Proverbios 25:28 LBLA)
¿Cuántas cosas hemos perdido por no controlarnos? ¿Quizá nuestro matrimonio, relaciones, nuestra familia?
¡Qué tremenda comparación de esta palabra: el hombre sin dominio propio es igual a una ciudad invadida y sin murallas.
¡Todo lo que podemos perder por no tener dominio de nuestras pasiones, emociones!
Nuestra propia familia tendrá temor de nosotros, en lugar que haya felicidad al llegar a nuestra casa, nuestros hijos esperan con temor nuestra llegada y desearían que no lo hiciéramos ¿por qué?
¿Por qué no trabajar esta área? Si no lo hacemos acabará con nuestra existencia y con los que nos rodean.
Hablemos un poco de Moisés: su tarea era sacar al pueblo de Israel de Egipto para llevarlo a la tierra prometida ¿pero, qué pasó, por qué Moisés no llegó?
Fíjate todas las características de este hombre: Era fiel, manso, tenía una gracia para con Dios impresionante ¿entonces qué sucedió?
Áreas fuertes, dominantes, que no tratamos, tarde que temprano nos cobrarán facturas.
Moisés, era el más manso, pero no entró a la tierra prometida. Tenía gracia para con Dios, pero no entró a la tierra prometida. Oraba para seguir instrucciones, pero no entró a la tierra prometida.
¿Por qué? Todos tenemos tanto áreas fuertes como áreas débiles, pero si no las arreglamos pagaremos con creces los errores o carácter sin riendas, dominio propio no sometido a Dios.
Porque justo esto le pasó a Moisés:
«En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.» (Éxodo 2:11-12 RVR1960)
¿Cómo? Dominio propio no sometido, emociones no controladas, carácter desenfrenado, etc.
El pueblo empieza a quejarse y en medio de esta presión social Moisés golpea la roca con desenfreno:
«Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.» (Números 20:10-11 RVR1960)
El «Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.» (Números 20:12 RVR1960)
«También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá.» (Deuteronomio 1:37 RVR1960)
Moisés, amigo de Dios, manso, usado grandemente por el Señor, ve la tierra prometida de lejos.
Que este ejemplo nos ayude a trabajar en nuestras áreas débiles de nuestro carácter y no perder lo que Dios ha preparado para nosotros.
«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.» (2 Timoteo 1:7 RVR1960)
«…estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;» (Filipenses 1:6 RVR1960)
TRABAJEMOS NUESTRO CARÁCTER CADA DÍA, SOMETÁMOSLO PUES POR UN: “SÓLO POR ESO PODEMOS PERDER LA TIERRA PROMETIDA “
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