¿Violentos?

Por Staff

«Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.» (S. Mateo 11:12 RVR1960)

Todas nuestras emociones fueron puestas por Dios, lo creas o no, Él es nuestro Creador, y las puso para bendecirnos y para que bendigamos a los demás.

Gozo: cuando pedimos algo y el Señor nos lo otorga; para que nuestro gozo sea cumplido; tristeza: para cuando pecamos o hacemos algo indebido, y contristamos al Espíritu de Dios; pero esa tristeza es para arrepentimiento. Nos ha dado emociones para bendición.

 

Bueno, podrás decir: Entiendo lo antes citado, pero ¡violencia, violentos!

Desgraciadamente utilizamos la violencia para destrucción y para herir. Pero Dios la puso para avanzar, para desafiar los ataques de Satanás, para enfrentar las pruebas, para arrebatar al enemigo las promesas que el Señor nos ha dado. Para ser violentos para Su reino.

 

Jesús dijo: Los violentos lo arrebatan. La palabra “violentos”  tiene la connotación de: fuertes, enérgicos, personas que se atreven a enfrentar toda amenaza que viene de parte de Satanás y sin ningún temor.

Y la palabra “arrebatan” es una traducción de la palabra griega “harpazó” donde parte de su definición lo podemos entender como: “Agarrarse, reclamar lo que nos pertenece, tomar por la fuerza, alcanzar.”

Este verbo expresa la idea de: fuerza ejercida repentinamente sobre alguien.

 

Tal como lo expresa: «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.» (1 Tesalonicenses 4:16-17 RVR1960)

 

Arrebatados, en este pasaje expresa una fuerza sobrenatural que se ejercerá repentinamente para ser levantados a la voz del arcángel y con trompeta de Dios.

¿Qué tan violentos podemos ser para hacer cosas por Dios que desafíen nuestros propios límites?

¿Qué quiere decir todo esto? Que el creyente debe ser fuerte, robusto, activo físicamente y moralmente, para tomar el reino que Cristo preparó para Sus hijos.

 

De tal manera como Jacob se asió del Ángel:

«Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.» (Génesis 32:26-30 RVR1960)

 

Dios nos ha llamado a ser esos hombres violentos, mujeres violentas, que acepten grandes desafíos para entrar al reino y hacer entrar a otros. Tal como lo hizo Juan el Bautista, como lo hizo Pablo, como lo hizo Pedro…

 

¿QUÉ TAN VIOLENTOS SEREMOS PARA ARREBATAR EL REINO?

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